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Golf en tiempo de Pandemia: ¿cómo volveremos a jugar?

mayo 29, 2020
El golf volverá pronto a Sudamérica, aunque con cambios

A medida que los distintos países de la región entran en etapas de reactivación de la práctica del golf en las siguientes semanas, las dudas sobre cómo se podrá volver y qué escenarios se constituyen en seguros o riesgosos están en la primera línea de consulta.

¿Jugar golf es totalmente seguro? ¿Dónde puede estar el virus? ¿Me puedo contagiar si está en el aire? Estos y muchos otros cuestionamientos han sido expuestos por distintos especialistas y son motivo de consulta constante.

En tal sentido, el periodista Dylan Dethier (www.golf.com) analizó la información publicada sobre la práctica de deportes al aire libre realizada por especialistas del New York Times, y seleccionó lo que puede ser de interés para el golfista.

Posteriormente Mark Lawrie, Director para América Latina y el Caribe de The R&A realizó la siguiente traducción del informe, respondiendo así a algunas de las dudas de los golfistas en la región:

La primera conclusión es que jugar al aire libre no es 100 por ciento seguro, tampoco inevitablemente inseguro. Si vas a jugar golf, tu comportamiento puede contribuir a tu seguridad.

Cinco advertencias de precaución:

Hay una regla que deberías seguir: pon en práctica el distanciamiento social (1,80m) y utiliza un tapabocas (barbijo) cuando esto no sea posible, ergo llévalo a la cancha para utilizarlo cuando te encuentres en espacios que puedan concentrar gente.

No compartas comida, utensilios, bebidas, mantén tus manos limpias y respeta el distanciamiento con personas que no vivan en tu casa. En el caso particular del golfista, además, no compartas palos, bolas, tees o toallas.

El riesgo de contagio al aire libre existe. El riesgo es menor, pero no es cero. Si bien es importante salir y hacer ejercicio, hay que mantener el distanciamiento y evitar conversaciones prolongadas en proximidad de otros jugadores. Hay casos documentados de contagio que se produjeron por conversaciones al aire libre, el virus es transmisible en una cancha de golf.

El mayor riesgo se produce antes y después de jugar una vuelta: si bien jugar al golf representa un bajo riesgo; el estacionamiento, vestuario, bar o pro-shop incrementan el riesgo.

Estudios recientes comprueban que al hablar se lanzan miles de microgotas al aire que quedan suspendidas entre 8-14 minutos, el riesgo de inhalar esas gotas es menor al aire libre, pero mantener conversaciones prolongadas incrementa la posibilidad de verse expuesto a una carga viral.

Las superficies contaminadas continúan siendo un riesgo: el virus puede durar tres días sobre superficies duras como acero o plástico y hasta veinticuatro horas sobre cartón (bajo condiciones de laboratorio).

Tocar un palo de golf, asta bandera, rastrillo, o el hoyo y luego tocarse la cara implican un riesgo. El virus no permanecerá activo tanto tiempo en una cancha como en un laboratorio, pero el riesgo de contaminación persiste.

Cinco datos alentadores para el golfista:

El golf es posiblemente más seguro que otras actividades al aire libre. Encontrar el espacio para respetar el distanciamiento social para caminar, correr o andar en bicicleta en una ciudad densamente poblada es todo un desafío. El golf ofrece grandes extensiones de espacio abierto.

La carga viral importa. Linsey Marr (profesor de ingeniería y especialista en ciencia de aerosoles de Virginia Tech) explica que hay mucha mayor dilución al aire libre; si se respeta el distanciamiento, el riesgo disminuye de manera significativa.

Eugene Chudnovsky (físico, Lehman College) agrega que un solo virus no te enfermará, será destruido por el sistema inmunológico, se cree que se requieren cientos o miles de virus SARS-CoV-2 para desbordar el sistema.

No es fácil para el golfista evitar el comentario en proximidad con su compañero, pero si uno se concientiza sobre distanciamiento no debería tener problemas. No conversemos en el tee estando en proximidad, no ayudemos a nuestro compañero a leer su putt, no celebremos con abrazos ni finalicemos la ronda dándonos la mano.

Usemos el efecto de dilución que nos brinda estar al aire libre como aliado, pensemos que una leve brisa contribuirá a reducir enormemente la carga viral.

El viento y el sol son tus amigos. Según el Dr. Chudnovsky, un día con sol es mejor que un día nublado, porque la mayor cantidad de sol contribuye a matar el virus y el viento lo diluirá.

Es poco probable transmitir el virus si nos cruzamos al aire libre. Una persona caminando, corriendo o en bicicleta que nos pase cerca, no debería ser una causa de preocupación. Compartir un fairway no debiera ponernos en riesgo, sin embargo, los expertos insisten en taparnos si entramos en contacto con otras personas.

Todo lo expuesto nos vuelve al punto de origen, no hay blanco y negro, no estamos 100 por ciento seguros, pero tampoco estamos expuestos inexorablemente a una situación de riesgo. Nuestro comportamiento puede reducir los riesgos en la cancha, manteniendo a todos sanos y felices

Con información de GolfMedia Magazine Group